Cínicos e insolentes


Pero no todo el mundo esta dispuesto a examinar justamente la evidencia. Bertrand Russell admitió que él tomó de Jesús lo que “no concernía” con hechos históricos.


 El historiador Joseph Campbell, sin citar evidencia, tranquilamente dijo a su audiencia de televisión de 
PBS que "la resurrección de Jesús no fue un hecho real".
Otros estudiosos como John  Dominic Crossan del Seminario Jesús(1), están de acuerdo con él. Sin embargo ninguno de estos  escépticos presentan evidencia a sus opiniones.



Verdaderos escépticos, en oposición con los insolentes, están interesados en la evidencia. En  una revista editorial escéptica  llamada “¿Qué es un escéptico?” la siguiente definición es dada: “Escepticismo es… la aplicación de la razón a alguna y todas las ideas -no se permiten vacas sagradas-. En otras palabras… los escépticos no inician una investigación cerrados a la posibilidad de que un fenómeno podría ser real  o de que una afirmación podría ser cierta. Cuando decimos que somos “escépticos”, queremos decir que debemos ver poderosa evidencia antes de creer.”

A diferencia de Russell y Crossan, muchos escépticos verdaderos han investigado la evidencia de la resurrección de Jesús. En estas páginas  vamos a leer de algunos de ellos y ver como ellos analizaron la evidencia de lo que es quizás la más importante pregunta en la historia de la raza humana:
¿Realmente se levanto Jesús de entre los muertos?

Profecía Propia 
Con antelación a su muerte, Jesús le dijo a sus discípulos que él sería traicionado, arrestado,  y crucificado y que él volvería a la vida tres días después. ¡Ese es un plan extraño!



Y Jesús, tomando a los doce, les dijo: He aquí, ahora subimos a Jerusalén, y se cumplirán
todas las cosas que fueron escritas por los profetas acerca del Hijo del Hombre."Porque será entregado a los gentiles, y será escarnecido, e injuriado y escupirán en él. Y después que le hayan azotado, le matarán; pero al tercer día resucitará. (Lucas 18: 31-33)

¿Qué había detrás de él? Jesús no era un artista dispuesto a actuar por imposición humana; él
prometió que su muerte y resurrección le demostraría a la gente (si sus mentes y corazones
estaban abiertos) que él ciertamente era el Mesías.

El estudioso en Biblia Wilbur Smith comentó acerca de Jesús:
“Cuando él dice que Él mismo se levantaría otra vez de la muerte, el tercer día después de que él fue crucificado, Él dice algo que solo un tonto se atrevería a decir, si esperaba más devoción de cualquiera de sus discípulos—a menos que Él estuviera seguro que iba a resucitar. Ningún fundador de cualquier religión del mundo  conocida por los hombres jamás se atrevió a decir una cosa como esta.”

En otras palabras, ya que Jesús le había dicho claramente a sus discípulos que se levantaría de nuevo de entre los muertos, el fracaso de mantener esa promesa lo expondría como un fraude. Pero nos estamos adelantando. ¿Cómo murió Jesús antes que él (si lo hizo) se levantara de nuevo?
Fuente







(1) John Dominic Crossan (n. Nenagh, Co. Tipperary, Irlanda, 1934) es un biblista Irlandés-Americano conocido por co-fundar el «Jesus Seminar». Como una gran figura en los campos de la arqueología bíblica, antropología y la crítica textual del Nuevo Testamento, es un conferencista popular, pero forma parte asimismo de una de las corrientes más radicalizadas en los estudios sobre el llamado «Jesús histórico». Es criticado severamente por aquellos que ponen en tela de juicio no sólo su metodología, sino también sus supuestos y, sus conclusiones. Ha aparecido en varios documentales de televisión acerca de Jesús y la Biblia.
Tanto John D. Crossan como el «Jesus Seminar» han sido objeto de críticas por parte de una amplia gama de especialistas. Entre los estudiosos que han expresado sus reservas respecto del trabajo de Crossan se encuentran varios de los que participan en la llamada tercera búsqueda del Jesús histórico, como Ben Witherington III, Luke Timothy Johnson, y Craig A. Evans.
También fue criticado por otros especialistas como N.T. Wright, Greg Boyd, William Lane Craig, Craig Blomberg, Darrell Bock, y Edwin Yamauchi. 
En su búsqueda radical por desacreditar la imagen de Jesús que ofrece el fundamentalismo bíblico, termina por considerar "tardíos" todos los Evangelios canónicos, incluyendo el Evangelio de Marcos (que hoy se acepta fue escrito en su formato definitivo entre 65 y 70, como fecha más tardía), y llega a devaluar el Evangelio de Juan a punto tal de prestarle una importancia casi nula.